El pasado 5 de noviembre se celebró el Día Internacional de las Personas Cuidadores. Un día que homenajea la labor de todas las personas que dedican sus horas al cuidado de otras personas más necesitadas. Una labor que, en la mayoría de casos, nace del afán de la gente por ayudar, por sacar provecho de su juventud y vitalidad ante la incapacidad de otros.
Este día celebra el trabajo de los cuidadores y las cuidadoras profesionales, es decir, la gente que brinda su atención, conocimientos y capacidades a personas que necesitan de dichos cuidados. Todos ellos disponen de estudios teóricos y prácticos que no solamente contemplan la atención del paciente, muchas veces, también involucra las labores domésticas y las de auxiliar de enfermería.
No obstante, también queremos homenajear a aquellas personas que, sin recibir ningún tipo de remuneración, atienden a las personas que tienen bajo su cuidado, mayoritariamente familiares.
Día Internacional de las Personas Cuidadoras
Desde el 2014, el 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de las Personas Cuidadoras con motivo de alabar y ensalzar la importante tarea de los cuidadores y cuidadoras.
Una tarea que no siempre está ligada al cuidado de personas mayores, también al de enfermos crónicos, personas dependientes o con necesidades especiales. Aunque, todas ellas precisan de un personal capacitado y con las habilidades necesarias para procurar un cuidado personalizado y adaptado a esa persona.
Los cuidadores profesionales suelen ser personas muy sensibles y empáticas con fuertes inclinaciones a ayudar a los demás. Dedicarse al oficio de cuidado suele ser algo vocacional, puesto que, lejos de ser una profesión con marcados objetivos empresariales, persigue una meta más personal. Es una labor que pretende entregar lo mejor de la persona cuidadora y ofrecer el mejor de los tratos.
¿Qué cualidades ha de tener un cuidador de personas mayores?
Ser cuidador implica más que unas habilidades y conocimientos, necesita de actitud. Es imprescindible poseer ciertas cualidades y tener una personalidad paciente y empática. Además, también es importante tener facilidad de adaptación y capacidad para enfrentarse a situaciones imprevisibles.
Dedicarse profesionalmente al cuidado de personas mayores requiere de una personalidad atenta, cariñosa, sensible y fuertes. Es de gran relevancia que los cuidadores sean fuertes físicamente, mentalmente y emocionalmente. En muchas ocasiones deberán enfrentarse a situaciones duras en las que tendrán que hacer uso de su fortaleza para sobreponerse al momento.
La empatía es un atributo importante para conseguir entender al mayor. Ponerse en su piel, comprender sus necesidades y sentimientos para poder proporcionarle unos cuidados atentos y personalizados.
Además, una personalidad atenta y cariñosa es muy apreciada por los mayores. Un trato agradable, cordial, servicial y atento junto a unas palabras amorosas y afectivas, suele ser algo muy valorado.
En la Residencia Burguelu nos congratulamos de tener un fantástico equipo de profesionales y muy competentes que, no solo están cualificados para el oficio, además están muy comprometidos con la labor que desempeñan.

